Una interesantísima entrada invitada escrita por la prometedora bióloga Leticia Arribas...
La teoría de la selección natural se
apoya en la existencia de variación entre los organismos y que esta variación
puede ser heredable. Aquellos individuos que acumulan variaciones genéticas
favorables en la población en un determinado ambiente son capaces de sobrevivir
y aumentar su eficacia biológica (capacidad de reproducción de un individuo) y, por tanto, dejar más descendientes. Cabe esperar que los organismos se
comporten de una forma que les aseguren que sean sus genes los que pasen a la
siguiente generación...
La cooperación entre individuos puede incrementar la
posibilidad de supervivencia y reproducción. Aquellos organismos que tienen
alianzas entre ellos dentro de una población aumentan las posibilidades de que
sus genes se perpetúen en las siguientes generaciones.
El buitre leonado trasmite información a sus congéneres con el tipo de vuelo, avisando de una posible fuente de alimentación (Ucero, España 2012) |
Vivir juntos supone algunas ventajas
frente a la vida en solitario. Por ejemplo se facilitan los encuentros entre
machos y hembras, defensa ante depredadores o repartición de tareas. En muchos
casos estas cooperaciones se dan entre individuos emparentados pero existen ocasiones
en las que no existen ninguna relación de parentesco.
Los elefantes marinos se dan calor mutuamente mientras mudan la piel, esta 'atracción' se llama cigmotactismo (Isla Macquarie, Oceano Austral 2013) |
Los individuos emparentados
comparten una elevada proporción de sus genes, por lo que colaborando con los
parientes esos genes no sólo se transmiten a través de los descendientes
directos (hijos) si no también a través de los descendientes de los parientes
con los que cooperan. Este modelo de cooperación se ha denominado selección por parentesco. En este caso
la eficacia biológica se comprende mejor si en lugar de tener en cuenta el
número de hijos se tiene se considera el número de copias de un gen que se
transmiten. Por tanto, un individuo puede aumentar su eficacia biológica de
forma directa invirtiendo en sus hijos o de forma indirecta participando en la
crianza de los hijos de parientes.
Uno de los ejemplos de selección por
parentesco más claro es el de los insectos sociales, esto es, hormigas,
termitas y abejas. La mayoría de los individuos de una colonia no deja
descendientes pero trabajan en beneficio de la reina y cuidan y defienden a los
hijos de ésta, y que son hermanos del resto de la colonia. También existen
casos en los mamíferos, como las ratas topo desnudas, con una organización
similar a la de los insectos sociales o los murciélagos hematófagos, que
regurgitan parte de la sangre de la que se alimentan para ayudar a parientes que
no han tenido suerte en su búsqueda de comida o a crías propias y ajenas.
Hormigas del bosque trabajando en procesión para la colonia (Mindo, Ecuador 2008) |
En el caso de los murciélagos,
también se da el caso de cooperación entre individuos no emparentados. Este
modelo se conoce como reciprocidad o altruismo recíproco. Este tipo de
comportamiento suele ocurrir en sistemas sociales en los que es muy probable
que se den futuros encuentros. Por tanto, el emisor del comportamiento
altruista espera recibir un acto similar en un futuro por parte del actual
receptor.
Los murcielagos cuidan a sus enfermos (Ruidera, España 2007) |
Aunque estos tipos de comportamiento
se describen normalmente como actos altruistas, estrictamente no lo son; un
acto altruista es aquel que no reporta ningún beneficio para el emisor. En casi
todos los casos se espera recibir un beneficio a cambio de ello: o bien la
transmisión de genes, una futura ayuda...
El ser humano a simple vista se
podría considerar una de las especies más altruistas. Somos, por ejemplo,
capaces de donar parte de nuestra sangre para personas que ni siquiera
conocemos. Pero... ¿es realmente un acto altruista? ¿No lo haremos pensando en que
el resto de personas también lo hagan para cuando la necesitemos nosotros, para
sentirnos mejor con nosotros mismos o simplemente porque después de hacerlo nos
dan comida?
¿Existen, por tanto, los verdaderos
actos altruistas?
Texto: Leticia Arribas (Fuentes: Propias). Editador por: Luis R. Pertierra.
Imágenes: Luis R. Pertierra (España 2007, 2012, Ecuador 2008, Australia 2013)
Efectivamente las acciones desinteresadas parecen incluso contra natura, aunque te lo propongas es difícil ¿imposible? de llevarlas a cabo. Sin embargo aunque nos fastidie reconocer 'pseudo-egoísmos' como bien nos cuenta Leticia, se trata a menudo de un beneficio común del que no avergonzarse ¿no creeis?
ResponderEliminarTambien es curioso pensar en genes y no en hijos, es para plantearse invertir más en sobrino/as :D
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