sábado, 5 de julio de 2014

CUENTOS Dinamarca: El anhelo de la Sirenita

A continuación relato una breve versión libre de la popular leyenda, recomiendo leer el relato corto original de Hans Kristiansen.

Érase una vez… una princesa sirena, hija del rey Tritón (Poseidón). Era la más joven de sus hermanas, la más hermosa y estaba provista de la voz más bella. Sin embargo sentía su vida en la corte con desdén, así se pasaba el tiempo miraba el mundo más allá del mar, anhelando ser parte de él. Su mayor deseo era explorar la superficie pero le estaba prohibido abandonar su reino hasta ser mayor. Apenas sabía de los relatos que sus hermanas le contaban y a partir de ellos volaba su imaginación...

Atardecer sobre el puerto de Copenhague, visto desde Malmö (Suecia 2007)
Finalmente la Sirenita cumplió edad suficiente y su padre le dio permiso para salir a respirar el aire y contemplar el cielo. Sin embargo le recordó que solo podía admirarlo, no tomar parte de él pues no era su sitio. La Sirenita se lanzó a descubrirlo por sí misma y se quedó prendada del cielo estrellado. Mientras lo contemplaba un navío se acercó. Esto desato su curiosidad así que se dispuso a conocer de primera mano cómo eran esos hombres de los que hablaban sus hermanas. Oyéndoles hablar sintió el deseo de unirse a ellos, pero viendo su cola se sintió acongojada por no tener piernas con las que caminar junto a ellos. En ese momento sintió un extraño sentimiento encontrado en su corazón. Su profundo amor se tornó en suma tristeza...

La Sirenita en el puerto de Copenhague (Dinamarca 2007)
 Ante esta situación la Sirenita imploró al rey Tritón que le concediera el poder caminar, pero el rey dolido ante la posibilidad de perderla le espetó furioso que eso no era posible pues su dominio era el mar y que ella debía aceptar su lugar, y que negarse a aceptarlo solo le traería sufrimiento. Pero la sirenita no aceptó su destino y buscó la forma de cambiarlo. Finalmente se presentó ante la Hechicera del Mar suplicándole su ayuda, la Hechicera conmovida por su caso le expuso una salida desesperada. Así le dijo ‘Nadie puede abandonar su lugar sin renunciar a quien es, renuncia a tu voz y tu belleza y te daré la forma de sentir la tierra. Pero te lo advierto tu padre tiene razón, renunciar a tu propio ser es un alto precio, piénsalo bien antes de actuar’. La Sirenita obsesionada por cumplir su deseo aceptó inmediatamente el encantamiento, pues seguiría cualquier camino que por fin la uniese con la tierra.  

Así la Sirenita selló su destino, la Hechicera impertérrita le quitó primero su voz, y después descompuso su cuerpo, convirtiéndola en lo que sería la espuma de mar. De tal forma cada vez que rompen las olas en la costa su sonido es el murmullo de alivio de la Sirenita hecha inmortal, que a través de la espuma acaricia brevemente la tierra, cumpliendo su ansiado sueño. FIN

Dream on, Dream on, Dream until your dreams come true...
Textos: Luis R. Pertierra (Fuentes: Locales / Hans Kristiansen 'Den lille havfrue').
Imágenes: Luis R. Pertierra (Copenhague, Dinamarca 2007)

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