Para situarnos taxonomicamente solo un poco los Elefantes Marinos son hoy por hoy solo 2 especies del genero
Mirounga incluidas dentro de los fócidos (Phocidae) o focas auténticas, como
parte del subconjunto de los Pinnipedos (focas en sentido amplio) incluidas en
el orden de los mamíferos carnívoros.
Este elefante abuelo ha visto mucho mundo como para preocuparse de mi |
Asi tenemos al elefante marino nordico,
propio de las costas del pacifico norteamericano (M. angustirostres) que tiene mas trompa; y el gran
elefante marino austral (M. leonina), mas grandre y que está mucho más extendido abarcando gran parte del hemisferio sur. Como casi todo mamífero marino los elefantes casi se
extinguieron en el siglo 19 por la caza y aun andan recuperando sus poblaciones.
El nombre de leonina hace alusión a sus poderosos rugidos. Por otro lado el
apelativo de elefante es por supuesto debido a su probóscide.
Aunque parezca otra cosa, a los elefantes les gusta rugir sin ton ni son... |
Un concienzudo diseño escondido
en una pelota
Los elefantes marinos como muchos animales de zonas frias son redondeados
(esto se debe a que a mayor relación volumen / superficie la perdida de calor
es menor). Por eso nos morimos de frio en las manos (esto es aplicable a
cualquier zona angulosa, llamada parte acra).
Esto es lo que se llama una morfologia de croqueta ¿no? |
Además presentan mucho volumen de sangre para repartir el calor. Igualmente
la bicapa de pelaje y grasa les protege en tándem del frio. Esto es el
equivalente funcional a la tricapa de los exploradores polares, esto es, como
hace una malla térmica (la sangre) que retiene y distribuye el calor, bajo un
forro polar (la grasa) aislante del exterior, debajo de una chaqueta
cortavientos (el pelaje) a modo de barrera física protectora.
Efemérides de un coloso
El macho o toro del gran elefante marino austral es el carnívoro ‘terrestre’
más grande del mundo. Si bien ser mordido parece bastante improbable hay que
tener cuidado de no provocarles y ser embestido y arrollado, particularmente en
el periodo de reproducción. Como tales depredadores se alimentan de calamares y
otros moluscos, asi como de crustáceos y peces. Son animales solitarios en el océano
capaces de sumergirse a grandes profundidades (hasta 2000 m) por largos
periodos ¡de hasta hora y media!
¿No os ha pasado nunca que tras una inmersión de una hora os ciega el sol? |
Incluso estos colosos son presa a su vez de las Orcas, particularmente las crias y juveniles, y no es raro ver adultos con profusas cicatrices.
Este juvenil ha sido mordido (ver vientre) y la infección de la herida puede matarle |
En tierra les encanta eructar y gasearse creando un auténtico coro sin
cesar. Su olor es poca cosa comparado con el tremendo hedor a pescado podrido
de los pingüineras, sin embargo los barrizales que generan en sus descansaderos
son auténticas arenas movedizas de difícil salida.
Un revolcadero no particularmente farragoso |
Entre eructos y advertencias los machos no dejan dormir a nadie |
Dado que no tienen un sonar, se basan en la vista y el tacto de sus vibrisas. Las hembras se aventuran más en mar abierto mientras que los machos
tienden a permanecer en zonas menos profundas. Curiosamente es el mamífero con
mayor diferencia de tamaño con hasta 6 veces más peso de los toros (hasta 5
ton) frente a las vacas (hasta 900 kg).
Una hembra con sus vibrisas y sus ojos de alienigena |
Los machos mas envejecidos presentan mayores proboscides |
Si tienes solo un dormitorio
para todos, habrá que dormir por turnos...
De este animal sorprende la magistral sincronía de la especie para
aprovechar los recursos sin hacerse competencia entre grupos de edad. Ocurre
tal que asi; tras pasar el invierno en el mar primero llegan los grandes machos
a tierra, segmentando el territorio para acoger a sus harenes. Después llegan
las hembras a parir en tierra y quedarse amamantando a las crias. La leche que
producen no es desnatada, semi o entera (4%), es hiper entera (+50%)… Es el
momento de mayor aglomeración. Los machos se enfrentan por el territorio en sus
famosas luchas. Las hembras, al completar la cría, vuelven a ser apareadas (a
menos que se escapen) por sus machos dominantes o por machos oportunistas. Esto
hace que los machos dominantes pasen hasta varios meses controlando su
territorio.
Este macho alfa reclama un territorio para la reproducción |
Un macho alfa inmenso fecunda a su harén agarrando a la hembra de turno |
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Las crías se aventuran a chapotear en aguas someras |
Los machos tras completar su labor de vigilancia se van un tiempo al mar a
reponerse. Las crías, mientras, empiezan a aventurarse a nadar y son las
primeras en mudar la piel, seguidas de sus madres. Finalmente las hembras se
marchan exhaustas, pero con la muda ya terminada, disponiendo de más tiempo en
el mar para reponerse. Según se marchan las hembras regresan los machos en varias
tandas (cuanto más grandes más tarde llegan, encontrándose con otros de su
mismo tonelaje). Así, un territorio de espacio limitado es aprovechado por
turnos. De esta forma los que se encuentran en el mar no tienen tanta
competencia por el alimento, lo que permite reponerse respectivamente a machos
y hembras de sus esfuerzos.
Pequeños juveniles macho practicando sus dotes para la lucha |
Estos juveniles avanzados serán en pocos años serios contendientes |
Tras la guerra es hora de
hacer las paces, un tiempo…
Y en relación a esto mencionar una asombrosa característica de este animal
es el Tigmotactismo, por el cual hasta los grandes machos se agrupan docilmente
para darse un valiosisimo calor durante la muda, mediante un pacto de no
agresión retroalimentado por el propio contacto. Aun así no faltan gruñidos
guturales para remarcar el orgullo intacto.
Adhesión social por tigmotactismo que reduce la perdida de calor corporal |
Los elefantes marinos son un gran ejemplo de maximización de los recursos y
desconexión emocional. A cada momento, lo que toca… ¿Es estresante o sencilla
y despreocupada la vida del elefante marino que vive siempre en el presente?
Textos: Luis R. Pertierra
Imágenes: Luis R. Pertierra (Antartida e Isla Macquarie, 2010-2014)
Textos: Luis R. Pertierra
Imágenes: Luis R. Pertierra (Antartida e Isla Macquarie, 2010-2014)
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